11/11/13

Aparecen grietas en casas situadas fuera del área de seguridad fijada por la CHE en el pantano de Yesa


Grietas en una de las viviendas situadas fuera del perímetro de seguridad
En las últimas semanas han aparecido grietas en casas situadas fuera de la zona de seguridad en la ladera del pantano de Yesa, lo que hace pensar que el deslizamiento de esta ladera podría abarcar una superficie mayor que la fijada el pasado enero por las autoridades en el llamado perímetro de seguridad. La urbanización es "un lugar fantasmal", dicen los vecinos, que cada vez se fían menos de las autoridades y han presentado una reclamación ante la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para que les indemnice por los perjuicios ocasionados.

 "Han aparecido grietas fuera del perímetro en las calles, algunas de ellas con continuidad en las fachadas. Son daños causados por la descompresión del terreno, como una esponja que se abre, y porque este está sufriendo un efecto de arrastre", afirma Juan Carlos Huarte, arquitecto y uno de los técnicos que asesora a los vecinos de la urbanización Lasaitasuna.

Huarte explica que "la superficie de fractura principal se encuentra a 50 metros de profundidad y reflejaría los daños más graves en las viviendas. Pero hay otra superficie de rotura inferior, a 100 metros de profundidad, y esa no sabemos hasta dónde abarca ni hasta dónde finaliza el efecto arrastre de la ladera".

El arquitecto señala que la ladera se ha desplazado y ahora el terreno se está hundiendo, lo que provoca una desigualdad en el firme. Ello hace que "todo lo que sean elementos rígidos de la zona desalojada, como los muros de contención de las calles, se partan y se separen y eso tenga continuidad en las propias fachadas y en la estructura de los inmuebles".

Los 84 propietarios de la urbanización, la mitad de los cuales fueron desalojados en febrero de sus viviendas, han presentado ante la CHE un expediente de reclamación para que les indemnice por los perjuicios ocasionados. "Lo que más nos preocupa es la desinformación de la confederación, que ha estado ocultando durante años la realidad y solo ha dado la cara cuando el desastre estaba muy avanzado", afirma Koldo Pastor, miembro de la comisión vecinal.

Hasta ahora, los daños estructurales en una docena de casas son irreversibles, aunque los vecinos temen que este número vaya aumentando con el tiempo. Además, la desconfianza en la CHE hace que haya familias que pueden habitar sus viviendas pero no lo hacen por temor a lo que pueda ocurrir y porque aquello "parece un lugar fantasmal", afirma Pastor.

Grietas en las calles de la urbanización Lasaitasuna


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